Carta de promesas al 2018
- Daniela María Vargas R.
- 31 dic 2017
- 3 Min. de lectura

Al año nuevo le prometo…
No hacer dieta en los días festivos, ni cuando estoy baja de ánimo, ni cuando lo que mi cuerpo me pida sea comerme una hamburguesa. Además no le pienso decir no a ningún chocolate, ese placer no me lo voy negar nunca más. Y tampoco me voy arrepentir al otro día, pero sí le voy a sumar 20 burpees al entrenamiento.
No le prometo uvas, pero sí una copa de vino para pedirle 12 deseos posibles y 12 propósitos que no voy olvidar en marzo, como lo he hecho en años pasados. Le prometo llorar cuando tenga ganas y no contener mis carcajadas en público. En general prometo dejar fluir mis sentimientos en el momento y lugar que sucedan, porque la inteligencia emocional me ha fallado a veces.
Prometo no cohibirme de hacer, pensar o sentir lo que quiero solo por miedo a las consecuencias. Y prometo asumir las consecuencias con la inmadurez que corresponde, dándome golpes de pecho por haberlo hecho, llorando o riendo si toca y luego, dejando que el tiempo haga de las suyas y pase la tormenta. La “cabeza fría” ya se ha equivocado mucho, voy a darle oportunidad a la “caliente”.
Prometo no esperar a que nadie me esté viendo para tomarme una selfie. No voy a sentir pena de hacer lo que para otros es ridículo. Prometo cantar en voz alta cuando la canción sea muy buena y mis pulmones no puedan contenerse. Prometo mirar bonito a los que me sonrían y no dar el número equivocado cuando una corazonada me lo diga.
Prometo ahorrar solo para viajes y para pagar la deuda de mi tarjeta de crédito luego de irme de compras para subir el ánimo. Prometo bailar hasta las canciones que no me gustan y no salir a comer siempre al mismo restaurante. Prometo no esperar a una ocasión especial para usar la blusa nueva. Y prometo comprarme todo aquello de lo que me enamore en la tienda a primera vista.
Prometo seguir dando consejos que no aplico; entrenando por gusto y no por apariencia; compartiendo en redes sociales lo que como, dónde estoy y con quién, solo porque quiero y ya; prometo dejar de buscar excusas para no sentirme mal por hacer algo. ¡ah! Y prometo seguir dejando la cosas para última hora.
Prometo tomar riesgos y seguir viajando sola. Prometo creerme tan “berraquita” como mi papá me dice que soy y asumir retos aunque parezcan demasiado grandes. Sentirme libre y no atarme a nada más que a mis sueños. Prometo seguir creyéndome el cuento de que soy escritora. Y tomándome el café y a ustedes muy enserio. Prometo publicar cartas sin importar que el destinatario sea muy obvio y escribir todo lo que siento, no lo que creo que les gustaría leer porque prometo no intentar venderles nada, solo compartirles lo que la inspiración produce.
Al año nuevo le prometo vivirlo como si nunca más en la vida fuera a tener 22. Le prometo que no habrán promesas falsas y que no voy a estar gastándome la cabeza en tomar decisiones inteligentes. Le prometo que voy a seguir más el corazón que a la razón. Le prometo ser feliz y cuando parezca que no hayan razones buscarlas.
Al año nuevo le prometo que va a hacer un año inolvidable, que va a ser MÍ año, el año sobre el que le voy a estar hablando a mis nietos cuando esté viejita. El año de los recuerdos locos… ya para los próximos habrá tiempo para más cordura.
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